viernes, 22 de marzo de 2019

Lágrima seca


Deslízate lágrima, aquí está tu ojo,
como una gota de cielo.

Nunca me atrajo el sin color, lo inanimado y amorfo que no tenía sabor y parecía invisible, me causó siempre una despreocupación exagerada que no intenté ocultar. Para mí aquello que parecía invisible no era importante. Siempre le di gran relevancia a eso que podía percibir mejor con mis sentidos hasta aquel día en que el agua se acabó toda, se agotó en el planeta, se fue de mí y también yo tuve que irme.

Solo Dios sabe cuánto sufrí, ni una sola lágrima más, ni ríos, lagunas, glaciares, mares, ni vino para la cena familiar, ni siquiera nieve en diciembre, nada. También yo desaparecí porque era más agua que cuerpo. Treinta y tres años en este mundo y nunca dimensioné que la necesitaba tanto para funcionar, para vivir, para respirar, para amar.

Los poemas, relatos, cuentos en los que solía sumergirmepara encontrarme en este mundo, también perdieron valor cuando ella se fue. El agua era protagonista de todo aquello que leía, así que nunca más una escena de amor romántica tuvo sentido sin la lluvia, nunca el mar pudo reaparecer en un párrafo con sentido, jamás nada volvió a fluir: No pude dar ni recibir más besos, ni siquiera una caricia, jamás pude tener hijos en mi vientre ¿en qué líquido iban a nadar y protegerse? Ya no era posible, ya no había nada en mí. La vida acabó con su extinción.

Solo cuando la perdí pude valorarla, entonces lamenté toda la basura que había albergado en mi mente, también la que arrojé a la calle sin pensar, los árboles que nunca sembré, los que corté y dejé morir, las miles de veces que salí de mi casa dejando la llave del grifo abierta, aquellas en las que permití que una gota de agua cayera sin razón en mi ducha, esa misma gota que hoy necesitaría en mis ojos para desahogar su ausencia.


Publicado en el libro “Pasto un territorio sensible al agua.”  (2018)

Autora: Andree Julieth Villota Realpe.


Obra pictórica: Boris Arteaga. Título: Cascada azul. Técnica: acuarela.

sábado, 20 de octubre de 2018

Amalia


Dudo de todo, del viento que me acaricia sin pedírselo, de la mirada que intenta decirme algo y lo consigue, del silencio que explota en mi habitación y del ruido que intenta callar lo evidente.

Y así, poco a poco, también dudo de mí y de mis formas, de lo que siento, de lo que brindo, de lo que anhelo, de lo que quiero, de lo que alejo, de lo que consigo, de lo que pretendo y de las personas que actúan siguiendo un guion y actuando un personaje , dudo de todas las personas porque siento que todas hacen esto-también yo-)  y dudo de los que se sienten libres y dicen las verdades sin pensar en su efecto, dudo de los que callan y no dicen lo que sienten también por miedo (Dudo de mi rebeldía y de mis silencios)

Dudo del humo que se aleja de mí, porque no sé si en realidad se va y dudo del cigarrillo que obtengo, de las pepitas que exploto antes de llevarlo a  mi boca, del camino que transito antes de comprarlo y de quienes me observan en la calle tratando de simular que no me ven. Por sobre todas las cosas, dudo de quienes parecen un cigarro: queman y se van, pero su presencia perdura ahí, dentro: en los pulmones, matando sin aviso, nublándolo todo para siempre.

Siento que ya no estoy en este mundo y que tal vez, mi espíritu duda de mi ausencia y por eso se sienta aquí a escribir conmigo, no sé si en un acto de rebeldía o de silencio.


Andree Julieth

domingo, 14 de octubre de 2018

X

A Sofía Jael Ward Villota

Mientras en los bosques áridos de la Amazonía cae nieve, Sofía se abraza a mi pierna, tratando de brindarme calor, yo no estoy allá con ella, no abrazo sus cabellos rubios ni ella abraza los míos, sus ojos permanecen muertos y su boca no dice mucho, siento su autismo palpitando en mis raíces y entonces, de nuevo comienza a desvanecerse… como en aquella finca deshabitada en la que por primera vez pude sentir su cabello, toda ella se levantaba por los aires: sus ilusiones, su mirada al vacío, su genio, sus sentires profundos.

Que tu vida se desoje poquito, que tantos infiernos no salgan de ti, que cada aparición que altera tus sentidos no te desborde, que nunca saltes al vacío, quise decirle… pero ella, ya no estaba y yo me estaba yendo como cuando era una pequeña anciana entonces sí… Nos encontramos mañana, morimos el hoy y vivimos en cada ir y venir de los viajes que nunca entendimos pero que aprendimos a soportar con el baile de nuestro cuerpo…

¿Será acaso que algunas células nunca despegaron por completo?

¿Será que podré seguirte viendo en los bosques, en mi alma?

Nunca te olvidé...

De "Revista Awasca. No. 29". Sección Narrativa  (2017)
Autora: Andree Julieth Villota Realpe



viernes, 5 de octubre de 2018

POST MORTEM


Y aquí vienes a abrazarme
con el miedo y la soledad de la mano.
Abres agujeros para enterrarme,
mientras tus ojos desnudan mi cuerpo
y mi piel se marchita bajo la sábana.

Te duele mi muerte,
pero al mismo tiempo la disfrutas.
Me imaginas viva
y vuelves a matarme en tu mente,
con el fuego de tu ausencia
que apaga la ilusión en una lágrima.

«¿A dónde se fue el tiempo
y la creación de universos paralelos?»,
me pregunto,
mientras la realidad me responde
que no se fue a ninguna parte,
que los dos nunca surgimos,
porque ni tú ni yo hemos nacido.


Autora: Andree Julieth Villota Realpe.

Mención Especial del IV Certamen Literario Internacional de poesía "Tiempo Nuevo" España (2018). Convocado por Letras Como Espada. Publicado en libro “Momentos” Melgar España (12 de julio de 2018)


Salvador Dalí



miércoles, 2 de mayo de 2018

ANA

Si has entrado, no hagas ruido,
si no has llegado, ¡detente!
Mis manos están dentro,
sumergidas entre palabras no dichas,
cubiertas de intentos.

Que no te espanten mis gemidos:
no es mi voz, no soy yo.
Que no te aísle mi ruido
ni el escalofrío de mi impulso.
Que no te mate verme ausente:
introduciéndome, ahogándome.

No abras la puerta,
no quieras verme abierta y sangrando
llena y vacía,
con humo y helada,
conmigo y sin mí.

No entres,
porque el tenedor
sigue en la mesa.

 Autora: Andree Julieth Villota Realpe.


Finalista del III Certamen Literario Internacional de Poesía "Letras Como Espada" España (2017). Convocado por Letras Como Espada. Publicado en libro “A través de los naipes” Melgar España (14 de noviembre de 2017). 

 
 Ilustraciones. Libro “Ana Morfosis” Elianne Contreras, Venezuela





lunes, 30 de abril de 2018

HASTA AYER



Llueve y los errores de este mundo se evaporan, menos la colisión de mis sentidos ni mis adentros que aúllan al escuchar cómo el agua va cayendo. Las creencias se bifurcan, las decisiones se contradicen y lo peor de todo: las pestañas de mis ojos se van cubriendo de un líquido incoloro que se confunde con el que cae del cielo, que se desliza por mis mejillas mientras todo se va haciendo muy pequeño y el polvo se levanta como si fuera a asesinarme. Sí, es abril y mi madre aún no ha nacido.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe

Finalista del II Certamen Internacional de Microrrelatos “Lluvia de Letras” España (2017). Convocado por Letras Como Espada. Publicado en libro “Temporal de Sentimientos” Melgar España (9 de mayo de 2017).

sábado, 28 de abril de 2018

INVISIBLE



A los jardines e inocencias, de mi escritora favorita: Alejandra Pizarnik.


Mi alma se sorprende despierta en la niebla,
es menos que una sombra ausente,
que un espectro, que la nada;
vive fragmentada sin esperanza,
sin rescate en el jardín,
atada a la soledad,
a la tangible ausencia que no se irá jamás.

¿Cómo habría de volar?
Ella que cuelga de un hilo,
que salta sin fuerza, que vuela sin alas
y se perturba siendo anónima
tropezando con figuras de papel.

Pobre de ella,
La invisible, movediza y volátil
que vive muerta en la sombra,
perdiéndose ahogada,
la que no siente, la que no ve
la que no ve a nadie y nadie le ve.

¿Quién podría rescatarla?
Los que creen que vuela,
que va en el aire,
disparan hasta que logran hacerla caer,
más abajo de donde piensan podría habitar,
más allá de los ojos del huracán.

Bloqueada el alma se deja caer
con máscaras de sangre por doquier,
consume toxinas en cifradas letras
empalagadas de café.
Escribe el reencuentro,
de sus fragmentos,
pretendiendo encontrarse,
se lee rayada sin esperanza ni reflejos,
constreñida, delirante
en un mundo de ballet,
ardido de infartos,
de alzhéimer y aflicción,
distraída con el sonido del sin sabor.

Anónima, anónima vive ella:
La invisible.

Último poema del libro "Lagunas Mentales" (2015)
Autora: Andree Julieth Villota Realpe 



domingo, 22 de abril de 2018

LIBERTAD




No, no voy a rendirme ahora—le dije a la niña pequeña que apareció frente a mí en el espejo. Los tres pétalos que yacían sobre el piso de madera volaron para esconderse tras el rostro petrificado de su adiós—. Ocúpate del pájaro, porque no hay jaulame gritó mientras quebraba el espejo. Sepulté los pedazos de vidrio en una tumba con este epitafio: “Había una piedra en el camino, había”.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe.
(Felice) 

Ganador de Mención Especial en el III Certamen Literario Internacional de Microrrelatos "Letras Como Espada" España (2017). Convocado por Letras Como Espada. Publicado en libro “A través de los naipes” Melgar España (14 de noviembre de 2017).



miércoles, 4 de abril de 2018

MIA



No voy a sacarte de adentro,
voy a pintar otro “yo”:

Traza una línea sobre mi piel
que yo bailaré en tu tacto,
en un infinito momento,
con una sonrisa mentirosa,
con un extraño cuerpo
que ya no te pertenece.

Arderé en ti
mientras prometo olvidarte.
¡Saca tus manos de mi ser oculto!
Porque mi desnudez ya está ausente
y descubre tu engaño.

Mis raíces son blancas
y tu color ya no me inunda.
¡Estás fuera!

Autora: Andree Julieth Villota Realpe.
            Finalista del III Certamen Literario Internacional de Poesía “Mesa de Ocaña” España (2017). Convocado por Letras Como Espada. Publicado en libro “Señales que procuran mi amor” Melgar España (15 de agosto de 2017)


Foto de la exposición de Salvador Dalí en París, que los expertos la han nombrado: “bulimia creativa”. Tomada de eluniversal.com.mx 

miércoles, 20 de diciembre de 2017

III CONCURSO LITERARIO INTERNACIONAL DE MICRORRELATOS "NUESTROS MAYORES"


Andree Julieth Villota Realpe: Ganadora del III Concurso Literario Internacional de Microrrelatos "Nuestros Mayores" España (2017).


viernes, 7 de julio de 2017

PERDICIÓN


¿Es acaso este un sueño olvidado? El muro que nos separó ha quedado desecho con las ganas de encontrarnos a través de nombres de muertos que no se han ido. No sé si mis jardines puedan posarse en algún lugar tuyo, si la foto que llevo de ti en mi cuadernillo ha servido de algo más que para postergar mis noches. “Vení, hacéme un lugarcito en vos, no te molestaré”, le dije. “Esta tierra es muy lejana y yo ya me he ido”, me respondió. Es primavera y sus ojos aún me susurran: “¡Despiértame!”

Finalista del II Certamen Literario Internacional de Microrrelatos “Primavera de sueños” (2017).  Publicación en Libro “Sueños” España (2017) 


martes, 23 de mayo de 2017

LOS LIBERTARIOS


En un extraño lugar de Nariño, las montañas vivieron dormidas, hasta que los espasmos de almas arrugadas provocaron el grito explosivo de una mina; entonces, la piel se levantó confundiéndose con los sonidos de la lluvia del reflejo de los otros: los libertarios. A pesar del disfraz del dolor que seguía sangrando sin piernas, el pálpito al unísono de la paz de los “ajenos” pudo crear nuevas montañas de libertad. La neblina se evaporó, los músculos del alma quedaron lisos: La nueva vida comenzó.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe

Finalista del II Concurso Internacional de Microrrelatos "Año Nuevo, Vida Nueva” España (2017). Publicado en  Libro “Bitácora” España (2017).    



Foto: Darwin Córdoba 

sábado, 20 de mayo de 2017

ZONA DE NUEVO RUMBO


¡Peligro!, zona de derrumbe -leí que decía. Adolfo quiso huir temeroso mientras yo entrelazaba sus laderas inestables con las mías. Así, como una conexión estrafalaria del universo, el nivel de amenaza creció: sus brazos explotaron y mi corazón cayó al cráter. Me deformé toda, di el último suspiro mientras el viento acarició todas mis grietas y la lava ardiente lo convirtió en un volcán demasiado extinto. ¡Morí! -le grité, mientras soltaba mi mano-. Has vuelto a nacer -replicó mi propia voz-.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe


Finalista del III Certamen Literario Internacional de Microrrelatos “Valores Humanos” España (2017).  Publicado en Libro “Valores Humanos” España  (18 de febrero de 2017). 

Foto: Julio Chamorro 

miércoles, 17 de mayo de 2017

ORGASMO LITERARIO


En noviembre, Adeline despierta; abre sus ojos rotos que guardan pupilas carcomidas por letras cursivas, tan torcidas que se encuentran en un orgasmo de extravagancias supremas: un cuento, un relato, una novela que asesinan su propia muerte, penetrando sus íntimas partes para fecundar no sólo su óvulo de misterios, sino también su vientre taciturno que termina albergando un feto de horizontes literarios, para volar siempre tan alto frente al humo decembrino de profundos conciertos pasionales.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe


Finalista del Concurso Internacional de Microrrelatos "Letras como espada" España (2016) Publicado en libro "Letras de Otoño" Melgar España (14 de noviembre de 2016). 



Foto: Julio Chamorro. 


domingo, 14 de mayo de 2017

LETRAS SIN TIEMPO

Si intentáramos medir la distancia entre cada letra del alfabeto, el tiempo—asesino de instantes y galaxias escondidas del ser humano— no lo permitiría. No alcanza la velocidad para observar los lunares de la luna o el sol que esconde lo verde del espacio; porque para un escritor, el tiempo que se pierde para encontrarse en el viento que agoniza con las caricias de cada hoja de papel, se convierte en asesino. ¡Que el tiempo no nos mate, que nos encuentre en cada suspiro de la A a la Z!

Autora: Andree Julieth Villota Realpe.


Finalista del Concurso Internacional de Microrrelatos “Reloj de sol” España (2015). Publicado en libro “Reloj de Sol” España (19 de octubre de 2015).


Foto: Juan David Martinez. Samaniego Nariño. 

FECUNDANDO LETRAS

La noche estaba jodida, mordía las uñas de todos en las calles y Ana estaba detrás de su espejo, mordiendo su estómago, alimentando a sus pupilas con la sangre que parecía algodón de azúcar.  De repente, sintió el temblor: sus voces le hablaron al oído y le tocaron su corazón, sus tristezas comenzaron a jugar con el piso de una habitación que no era suya; sacó su ira, colocó sus hojas en el suelo y como si estuviera en labor de parto, pujó, lloró y escribió con cada cordón umbilical que de sí comenzó a colgar. Ana no podía ver sus creaciones, dejó que cada letra que de ella había surgido se convirtiera en cenizas de color morado, pero aun así, no volaron. En agosto, ella misma decidió morder a la noche, sacó su plumón con decisión, hizo la paz con sus voces, dejó de alimentar a sus pupilas, quebró el espejo y con cada pedazo de él, engendró nuevas historias que volaron con pasión. 


Seudónimo: Adeline Stephen Woolf
Autora: Andree Julieth Villota Realpe.

Finalista del I Concurso de Cuento Corto Miguel Fernando Caro Gamboa (2015). Convocado por Fundación Escribir No Muerde. 

EL EXILIO DE LA INDECISIÓN

Stephen se sienta en la silla de antaño mientras la mancha oscura que se encuentra encadenada en una de las paredes de su cuarto, le ahorca en un vaivén de indecisiones. Ésta se diluye a la luz de una canción que combate los gritos desesperados del espejo, que intentan cortar las manos de la escritora a quien el lápiz le sirve de alma para crear ilusiones y exiliar espejismos del “no puedo”. El punto final de este relato se coloca liberando mundos literarios y asesinando verdugos del “quizás”.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe.


Texto ganador: Segundo Premio del Concurso Internacional de Microrrelatos "Melgar” España. (2015).  Publicado en libro "Adónde" Melgar España (17 de Septiembre de 2015).  


miércoles, 16 de noviembre de 2016

SEÑORA

Señora, respóndame que soy muy obstinada; necesito respuestas, señora. ¿Por qué camina así en las calles, con tanto peso sobre su frente?¿Por qué carga en su espalda la reverencia de la desgracia? No hay astucia en tanta dolencia, ni tampoco en su rostro que pretende ser paciente mientras sabe que está muriendo y empujándose al vacío. No hay nada en usted, “Señora”.

¿Cómo es que puede cargar ese bulto sobre su frente? Insistí. ¿Cómo es que tanta joroba no la hace venir de frente?Repetí. Ella, alzó su mirada y casi ni me miró. Arregló sus sandalias, piso de nuevo el charco de aquella calle afónica y queriendo abrir su boca para pedirmepara rogarme, para implorarmeque le diera permisoque le permitiera el pasodijo palabras en silencio, arregló su chal y me ignoró. Yo estaba decidida a no permitirle caminar más, así que no, no le di permiso… ¿Por qué iba a dárselo? Ni su mirada suplicante, ni el rose con su cuerpo, ni su mentirosa ingenuidad, pudieron convencerme. Yo no abro paso a señoras como ella. ¡Nunca! ¡Jamás!  

Toqué sus hombros suavemente y después, ya no pude contenerme; la sacudí desesperada como se sacude la ropa vieja que uno va a regalar después de muchos años, pretendiendo que así le pueda servir a algún necesitado. Viéndola fijamente a los ojoscomo casi nunca veo a nadie—. Le hice ofrecimientos y súplicas aunque no se lo mereciera:  

Permítame ayudarle con el delirio, a cargar la sangre que brota de sus flores, de sus lunas, de sus lunares que parecen soles agonizantes. Quiero cargar sus misterios en mi vientre y caminar con ellos un poco encorvada, invisible, petrificada como usted. Permítame que me quede en sus manchas un solo instante para de ellas robarme la tinta y escribir en el espejo, en el silencio de cada baile de vivencias y destierros, de los susurros de esta vida que ya no la siento mía, que se la ofrezco. 

Le ofrezco todo esto porque, al verla tan cargada, me recuerda a una amiga que caminaba con escupitajos ardientes todo el tiempo y terminó… terminó en… Bueno, es algo que no viene al caso pero quisiera cargarme su sombra hoy y regalarle la mía, cargarme su cruz y regalarle mis clavos, cargarme su mirada y regalarle mis ojos. Llévese por favor mis oídos y déjeme con sus ruidos que cualquier carga hoy anticipa el desespero y eso es algo que ya no me pertenece. Ya no lo quieróóóóó… ¡Ya no!

Señora, usted es ilegítima, todo su ser lo es, sus sandalias y el sonido de ellas por las calles me perturba, sus visitas llaman al pesimismo y no retienen mi aliento que se va debilitando con el tiempo, con los años y yo necesito aire, tiempo eterno, memoria profunda.  

Lléveselo todo y llévese a usted misma porque su presencia es como los truenos que escuchaba en mi infancia en los días de lluvia, en los jueves de gritos, en los ruegos de versos coléricos que nunca tocaron a nadie. Sólo quiero que me deje las caricias y el tiempo, un solo instante sin causas perdidas ni sonrisas disfrazadas, un poco de soledad acompañada… un poco de la soledad que no es mía y de la lluvia en mi ojo izquierdo que tampoco le pertenece.

Levante su rostro, no soporto que siga con la cabeza gacha mientras le grito, mientras escribo sobre su piel marchita y los sonidos del martillo taladran tan dentro. Abra su boca, por favor, diga algo… Señora, no sea tan mezquina. ¿Acaso cree que son sus silencios y voces tan tenues podrá comprarme?

La maldita, nunca volvió a abrir su boca, se fue, pero me hizo saber a través de muchos escritos, que se creía omnipotente, que podía cargar una piedra sobre su espalda. Yo no le creo, es una mentirosa, no quiero que me vuelva a susurrar nada, no quiero que vuelva a repetir que se acerca cuando se va viviendo tan lejos. No quiero

Donde sea que usted se encuentre, le hago llegar éste mensaje:

He cambiado de opinión ya no quiero cargar nada de usted, ni tampoco ofrecerme, sólo quiero sus sandalias y sus pies para caminar así en las calles: libre aunque esté muerta, volando aunque  no tenga alas, sonriendo aunque sin boca, amando aunque sin nada.

Señora, hoy he podido recordarla. Siempre, cuando la veía en las calles, tuve el pálpito de haberla visto en algún lugar y sí, usted era a quien yo veía en mis pesadillas cuando era apenas una niña. Sé que no me dejará sus sandalias, pero las voy a robar si la encuentro, empieza la cuenta regresiva, corra lejos de mí porque si la encuentro, le robo hasta sus últimas partes y la mato. Le juro, que ésta vez, la mato.

Andree Julieth


jueves, 10 de noviembre de 2016

LO INNOMBRABLE

Flora, la que cuando niña soplaba con fuerza el diente de león, la que cuando grande escribía historias mientras dormía, nunca entendió cómo el techo de su habitación podía levantarse frente a su cuerpo; ni tampoco, cómo podía caerse el suelo para dejarla suspendida en el jardín.

Tal vez era el vientoque transportaba al mismo diente de leónquien regresaba hacia a ella para sorprenderla con soplidos silenciosos—demasiado silenciosos—Tal vez era el reflejo de sus juegos infantiles que frente a las aberturas de la puerta de su ventana gritaban sin decir nada, tal vez era la carencia de todo aquello que nunca había vivido por permanecer cultivando tantas flores…

En cualquiera de los casos me sorprendí al verla aquella mañana, llevando en su mano una vela azul con una llama que a pesar del viento no podía extinguirse; me cautivaron sus labios negros y sus ojos profundos, así como su cabello largo que parecía que estaba de fiesta. Cada uno de sus movimientos, de su respiración, parecía de otro mundo. Al instante supe que sus imágenes no le pertenecían, ni a ella ni a quienes podían verla: Los cuadros en su mente, los violines que tatuaban melodías en sus manos, nada era de ella… sólo contaba con el abrazo del viento, y con la indiferencia de los transeúntes que pasaban con afán  junto a ella sin verla.

Cuando pasó junto a mí, quedé paralizada, quise abrazarla, arrancar su piel y meterme en ella para entender sus sombras pero caminó muy rápido y las horas… las horas se hicieron veloces, no contaba con un borrador para modificar el día, sólo tenía el instante y el viento… que a ella y a mí nos acariciaban. Era el mismo viento y eso para mí era suficiente.

Juro que intenté alcanzarla, di grandes pasosde hecho en algún momento, sin saberlo, sin pensarlome saqué los tacones y corrí descalza para poder verla más de cerca, intenté alcanzarla, quería percatarla de algo que al parecer nadie había notado, llevaba muchos alfileres en su espalda, quise gritarle y hacer que lo supiera pero pude darme cuentapor la forma en que se movía, en que miraba, en que escuchaba y dormía—que ella ya lo sabía. Supe que el viento lo sabía, que el tiempo lo sabía, que las flores lo sabían. Supe que yo no existía y que ella existía toda.

Cuando pude ver más allá de sus orillas, la llama de aquella vela azul se apagó y entonces ella y yo al fin pudimos vernos: No era Flora, no era Stephen. Ni ella, ni yo, era el bendito diente de León… que creía que volaba pero que ya no estaba.

Andree Julieth


lunes, 7 de noviembre de 2016

NUBE EXTRANJERA

La nube extrajera no se ha paralizado frente a la ventana del cuarto de Adeline y sin embargo, ella la siente permanecida, estática, sonámbula. Los sonidos de la calle llegan a la vista de su ventana y tocan los tornillos de su pared, quieren hablarlelo sépero ella no quiere comunicarse con la lluvia, aunque sus susurros siempre digan algoa mí, su silencio siempre me arrulla—.

Han iniciado los juegos pirotécnicos. ¿A causa de qué? No tengo idea,  pero ahí están y la nube extranjera también: riendo con las ideas de aquella rubia mujer, disfrutando de sus luces y de sus sentires diarios. Cada explosión en el cielo, retumba en su pequeño vientre y entonces, Stephensu fiel sirvientetoca a su puerta, la observa sentada escribiendo, mira que la ventana está abierta, hace una oración—como si la necesitara—se persigna y sueña en estar más allá de la ventana, quisiera estar allá: siendo primitiva y soñada, mirando los cuadernos de Adeline desde lejos, descubriendo cada uno de sus movimientos y sus aúllos. Adeline aúlla y con ello logra cubrir las paredes del infierno, así danza con su reflejo y se cubre mientras sonríe a un cuervo rojo que se posa en la ventana de Stephen. (En su ventana.) 

Stephen y Adeline están en un jardín que yo he creado, que yo he nacido.
Ellas son mi nube extranjera, la puerta incendiada,
la ventana  permanecida y soñada.