sábado, 28 de abril de 2018

INVISIBLE



A los jardines e inocencias, de mi escritora favorita: Alejandra Pizarnik.


Mi alma se sorprende despierta en la niebla,
es menos que una sombra ausente,
que un espectro, que la nada;
vive fragmentada sin esperanza,
sin rescate en el jardín,
atada a la soledad,
a la tangible ausencia que no se irá jamás.

¿Cómo habría de volar?
Ella que cuelga de un hilo,
que salta sin fuerza, que vuela sin alas
y se perturba siendo anónima
tropezando con figuras de papel.

Pobre de ella,
La invisible, movediza y volátil
que vive muerta en la sombra,
perdiéndose ahogada,
la que no siente, la que no ve
la que no ve a nadie y nadie le ve.

¿Quién podría rescatarla?
Los que creen que vuela,
que va en el aire,
disparan hasta que logran hacerla caer,
más abajo de donde piensan podría habitar,
más allá de los ojos del huracán.

Bloqueada el alma se deja caer
con máscaras de sangre por doquier,
consume toxinas en cifradas letras
empalagadas de café.
Escribe el reencuentro,
de sus fragmentos,
pretendiendo encontrarse,
se lee rayada sin esperanza ni reflejos,
constreñida, delirante
en un mundo de ballet,
ardido de infartos,
de alzhéimer y aflicción,
distraída con el sonido del sin sabor.

Anónima, anónima vive ella:
La invisible.

Último poema del libro "Lagunas Mentales" (2015)
Autora: Andree Julieth Villota Realpe 



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