sábado, 20 de octubre de 2018

Amalia


Dudo de todo, del viento que me acaricia sin pedírselo, de la mirada que intenta decirme algo y lo consigue, del silencio que explota en mi habitación y del ruido que intenta callar lo evidente.

Y así, poco a poco, también dudo de mí y de mis formas, de lo que siento, de lo que brindo, de lo que anhelo, de lo que quiero, de lo que alejo, de lo que consigo, de lo que pretendo y de las personas que actúan siguiendo un guion y actuando un personaje , dudo de todas las personas porque siento que todas hacen esto-también yo-)  y dudo de los que se sienten libres y dicen las verdades sin pensar en su efecto, dudo de los que callan y no dicen lo que sienten también por miedo (Dudo de mi rebeldía y de mis silencios)

Dudo del humo que se aleja de mí, porque no sé si en realidad se va y dudo del cigarrillo que obtengo, de las pepitas que exploto antes de llevarlo a  mi boca, del camino que transito antes de comprarlo y de quienes me observan en la calle tratando de simular que no me ven. Por sobre todas las cosas, dudo de quienes parecen un cigarro: queman y se van, pero su presencia perdura ahí, dentro: en los pulmones, matando sin aviso, nublándolo todo para siempre.

Siento que ya no estoy en este mundo y que tal vez, mi espíritu duda de mi ausencia y por eso se sienta aquí a escribir conmigo, no sé si en un acto de rebeldía o de silencio.


Andree Julieth

No hay comentarios:

Publicar un comentario