domingo, 14 de mayo de 2017

EL EXILIO DE LA INDECISIÓN

Stephen se sienta en la silla de antaño mientras la mancha oscura que se encuentra encadenada en una de las paredes de su cuarto, le ahorca en un vaivén de indecisiones. Ésta se diluye a la luz de una canción que combate los gritos desesperados del espejo, que intentan cortar las manos de la escritora a quien el lápiz le sirve de alma para crear ilusiones y exiliar espejismos del “no puedo”. El punto final de este relato se coloca liberando mundos literarios y asesinando verdugos del “quizás”.

Autora: Andree Julieth Villota Realpe.


Texto ganador: Segundo Premio del Concurso Internacional de Microrrelatos "Melgar” España. (2015).  Publicado en libro "Adónde" Melgar España (17 de Septiembre de 2015).  


miércoles, 16 de noviembre de 2016

SEÑORA

Señora, respóndame que soy muy obstinada; necesito respuestas, señora. ¿Por qué camina así en las calles, con tanto peso sobre su frente?¿Por qué carga en su espalda la reverencia de la desgracia? No hay astucia en tanta dolencia, ni tampoco en su rostro que pretende ser paciente mientras sabe que está muriendo y empujándose al vacío. No hay nada en usted, “Señora”.

¿Cómo es que puede cargar ese bulto sobre su frente? Insistí. ¿Cómo es que tanta joroba no la hace venir de frente?Repetí. Ella, alzó su mirada y casi ni me miró. Arregló sus sandalias, piso de nuevo el charco de aquella calle afónica y queriendo abrir su boca para pedirmepara rogarme, para implorarmeque le diera permisoque le permitiera el pasodijo palabras en silencio, arregló su chal y me ignoró. Yo estaba decidida a no permitirle caminar más, así que no, no le di permiso… ¿Por qué iba a dárselo? Ni su mirada suplicante, ni el rose con su cuerpo, ni su mentirosa ingenuidad, pudieron convencerme. Yo no abro paso a señoras como ella. ¡Nunca! ¡Jamás!  

Toqué sus hombros suavemente y después, ya no pude contenerme; la sacudí desesperada como se sacude la ropa vieja que uno va a regalar después de muchos años, pretendiendo que así le pueda servir a algún necesitado. Viéndola fijamente a los ojoscomo casi nunca veo a nadie—. Le hice ofrecimientos y súplicas aunque no se lo mereciera:  

Permítame ayudarle con el delirio, a cargar la sangre que brota de sus flores, de sus lunas, de sus lunares que parecen soles agonizantes. Quiero cargar sus misterios en mi vientre y caminar con ellos un poco encorvada, invisible, petrificada como usted. Permítame que me quede en sus manchas un solo instante para de ellas robarme la tinta y escribir en el espejo, en el silencio de cada baile de vivencias y destierros, de los susurros de esta vida que ya no la siento mía, que se la ofrezco. 

Le ofrezco todo esto porque, al verla tan cargada, me recuerda a una amiga que caminaba con escupitajos ardientes todo el tiempo y terminó… terminó en… Bueno, es algo que no viene al caso pero quisiera cargarme su sombra hoy y regalarle la mía, cargarme su cruz y regalarle mis clavos, cargarme su mirada y regalarle mis ojos. Llévese por favor mis oídos y déjeme con sus ruidos que cualquier carga hoy anticipa el desespero y eso es algo que ya no me pertenece. Ya no lo quieróóóóó… ¡Ya no!

Señora, usted es ilegítima, todo su ser lo es, sus sandalias y el sonido de ellas por las calles me perturba, sus visitas llaman al pesimismo y no retienen mi aliento que se va debilitando con el tiempo, con los años y yo necesito aire, tiempo eterno, memoria profunda.  

Lléveselo todo y llévese a usted misma porque su presencia es como los truenos que escuchaba en mi infancia en los días de lluvia, en los jueves de gritos, en los ruegos de versos coléricos que nunca tocaron a nadie. Sólo quiero que me deje las caricias y el tiempo, un solo instante sin causas perdidas ni sonrisas disfrazadas, un poco de soledad acompañada… un poco de la soledad que no es mía y de la lluvia en mi ojo izquierdo que tampoco le pertenece.

Levante su rostro, no soporto que siga con la cabeza gacha mientras le grito, mientras escribo sobre su piel marchita y los sonidos del martillo taladran tan dentro. Abra su boca, por favor, diga algo… Señora, no sea tan mezquina. ¿Acaso cree que son sus silencios y voces tan tenues podrá comprarme?

La maldita, nunca volvió a abrir su boca, se fue, pero me hizo saber a través de muchos escritos, que se creía omnipotente, que podía cargar una piedra sobre su espalda. Yo no le creo, es una mentirosa, no quiero que me vuelva a susurrar nada, no quiero que vuelva a repetir que se acerca cuando se va viviendo tan lejos. No quiero

Donde sea que usted se encuentre, le hago llegar éste mensaje:

He cambiado de opinión ya no quiero cargar nada de usted, ni tampoco ofrecerme, sólo quiero sus sandalias y sus pies para caminar así en las calles: libre aunque esté muerta, volando aunque  no tenga alas, sonriendo aunque sin boca, amando aunque sin nada.

Señora, hoy he podido recordarla. Siempre, cuando la veía en las calles, tuve el pálpito de haberla visto en algún lugar y sí, usted era a quien yo veía en mis pesadillas cuando era apenas una niña. Sé que no me dejará sus sandalias, pero las voy a robar si la encuentro, empieza la cuenta regresiva, corra lejos de mí porque si la encuentro, le robo hasta sus últimas partes y la mato. Le juro, que ésta vez, la mato.

Andree Julieth


jueves, 10 de noviembre de 2016

LO INNOMBRABLE

Flora, la que cuando niña soplaba con fuerza el diente de león, la que cuando grande escribía historias mientras dormía, nunca entendió cómo el techo de su habitación podía levantarse frente a su cuerpo; ni tampoco, cómo podía caerse el suelo para dejarla suspendida en el jardín.

Tal vez era el vientoque transportaba al mismo diente de leónquien regresaba hacia a ella para sorprenderla con soplidos silenciosos—demasiado silenciosos—Tal vez era el reflejo de sus juegos infantiles que frente a las aberturas de la puerta de su ventana gritaban sin decir nada, tal vez era la carencia de todo aquello que nunca había vivido por permanecer cultivando tantas flores…

En cualquiera de los casos me sorprendí al verla aquella mañana, llevando en su mano una vela azul con una llama que a pesar del viento no podía extinguirse; me cautivaron sus labios negros y sus ojos profundos, así como su cabello largo que parecía que estaba de fiesta. Cada uno de sus movimientos, de su respiración, parecía de otro mundo. Al instante supe que sus imágenes no le pertenecían, ni a ella ni a quienes podían verla: Los cuadros en su mente, los violines que tatuaban melodías en sus manos, nada era de ella… sólo contaba con el abrazo del viento, y con la indiferencia de los transeúntes que pasaban con afán  junto a ella sin verla.

Cuando pasó junto a mí, quedé paralizada, quise abrazarla, arrancar su piel y meterme en ella para entender sus sombras pero caminó muy rápido y las horas… las horas se hicieron veloces, no contaba con un borrador para modificar el día, sólo tenía el instante y el viento… que a ella y a mí nos acariciaban. Era el mismo viento y eso para mí era suficiente.

Juro que intenté alcanzarla, di grandes pasosde hecho en algún momento, sin saberlo, sin pensarlome saqué los tacones y corrí descalza para poder verla más de cerca, intenté alcanzarla, quería percatarla de algo que al parecer nadie había notado, llevaba muchos alfileres en su espalda, quise gritarle y hacer que lo supiera pero pude darme cuentapor la forma en que se movía, en que miraba, en que escuchaba y dormía—que ella ya lo sabía. Supe que el viento lo sabía, que el tiempo lo sabía, que las flores lo sabían. Supe que yo no existía y que ella existía toda.

Cuando pude ver más allá de sus orillas, la llama de aquella vela azul se apagó y entonces ella y yo al fin pudimos vernos: No era Flora, no era Stephen. Ni ella, ni yo, era el bendito diente de León… que creía que volaba pero que ya no estaba.

Andree Julieth


lunes, 7 de noviembre de 2016

NUBE EXTRANJERA

La nube extrajera no se ha paralizado frente a la ventana del cuarto de Adeline y sin embargo, ella la siente permanecida, estática, sonámbula. Los sonidos de la calle llegan a la vista de su ventana y tocan los tornillos de su pared, quieren hablarlelo sépero ella no quiere comunicarse con la lluvia, aunque sus susurros siempre digan algoa mí, su silencio siempre me arrulla—.

Han iniciado los juegos pirotécnicos. ¿A causa de qué? No tengo idea,  pero ahí están y la nube extranjera también: riendo con las ideas de aquella rubia mujer, disfrutando de sus luces y de sus sentires diarios. Cada explosión en el cielo, retumba en su pequeño vientre y entonces, Stephensu fiel sirvientetoca a su puerta, la observa sentada escribiendo, mira que la ventana está abierta, hace una oración—como si la necesitara—se persigna y sueña en estar más allá de la ventana, quisiera estar allá: siendo primitiva y soñada, mirando los cuadernos de Adeline desde lejos, descubriendo cada uno de sus movimientos y sus aúllos. Adeline aúlla y con ello logra cubrir las paredes del infierno, así danza con su reflejo y se cubre mientras sonríe a un cuervo rojo que se posa en la ventana de Stephen. (En su ventana.) 

Stephen y Adeline están en un jardín que yo he creado, que yo he nacido.
Ellas son mi nube extranjera, la puerta incendiada,
la ventana  permanecida y soñada.



sábado, 5 de noviembre de 2016

INVISIBLE

Mi mano en su frente y la suya en mi almohada, sus cabellos largos sonrientes que me miran como si no me hubiesen mirado nunca, sus pupilas que arden cuando toco su espalda, sus manos que parecen algodón derretido. La veo pasar a ellaaunque nunca se desplace ni camine, ni… alza el tono de su voz y no dice nada: la cubre la no nada, la noche, la superficie que parece llena, las promesas fragmentadas. Los abrazos de la lluvia, del hijo del sol, de las miradas.  Cuando me ve a mí, se descubre toda y me susurra al oído historias que finjo no haber escuchado nunca, que me parecieran lejanas aunque crezcan en el iris de mi ojo izquierdo.

Quisiera que mi mano deje de estar en su frente, que su almohada no estuviera tan lejana, que sus cabellos sonrieran siempre y que su mirada continuara tatuándose en mí, en cada uno de mis poros abiertos y también en los rincones cerrados de mis seres ocultos. Sé que trata de decirme algolo sépero no logro escucharla, sólo siento sus superficies, no son las mías y sin embargo se parecen, se parecen.

Aquí, hoy también llegó el sol y… y la no nada, el misterio y los puntos de las estrellas que tienen en sus ojos el número siente, el vaivén de una canción clásica que retoma bailes de sostenidos y bemoles.  Un momento…  no quiero verla desnuda, es ella la que camina con mis miradas, es ella a quien yo más conozco: La invisible que escribe pintando.


¿Alguna vez, en algún tiempo, podré verla en otro mundo? La conozco, sé que es ella. 


domingo, 24 de enero de 2016

Construcción

Me voy a construir de nuevo,
al fin tengo todos mis fragmentos.
Me prometo estar unida pronto.

Bienvenida—Me digo—.

Andree Julieth 

miércoles, 20 de enero de 2016

Baladí

Mis abrazos: baladí
mis caricias: baladí
mis poemas: baladí
mis cartas: baladí
mis presencias: baladí
mis ausencias: baladí
mi tiempo: baladí
mi voz: baladí
mi vida: baladí
mi oscuridad: baladí
mi luz: baladí
mi sentir: baladí
mi pensar: baladí
mis voces: baladí
mi sinceridad: baladí
mi fidelidad: baladí
mi perseverancia: baladí
mis miedos: baladí
mis fracasos: baladí
mi fuerza: baladí
mis “quédate”: baladí
mi piel: baladí
mi soledad: baladí
mi dolor: baladí
mi abandono: baladí
mis sueños: baladí
mi temblor: baladí
mi “ya no”: baladí
mi “por favor”: baladí
mi “un poco más”: baladí
mis “yo”: baladí
mi espacio: baladí
mis intentos: baladí
mi ternura: baladí
mis despojos: baladí
mis arroyos: baladí (Se me termina la hoja)
mi hoja: baladí
mi inspiración: baladí
mi razón: baladí
mi desespero: baladí
mi confianza: baladí

mi baladí: baladí. 

Andree Julieth 



martes, 19 de enero de 2016

ESCRIBIR EN EL VACÍO

Tal vez la vida
siempre me permita un vacío,
porque en últimas,
cuando somos océano sin fondo
es cuando mejor escribimos.

 Andree Julieth 

viernes, 1 de enero de 2016

TENGO

Tengo que curarme de tanta sensibilidad,
dejar algún vacío lleno dentro de mí,
ladrar como un gato nadaísta
y madrugara a ver los ojos del sol.

“Tengo” 


miércoles, 30 de septiembre de 2015

NOTHING ENOUGH

Quisiera llegar a la profundidad de mi mente,
pero cuando comienzo a nadar en ese océano,
siempre suceden dos cosas:
o me ahogo o me muero.

A mí me gusta el ahogo
y también me gusta morir
Pero…
Hay un problema en todo esto:
Nadie me quiere ahogada,
nadie me quiere muerta,
en realidad,
nadie me quiere de ninguna forma.


jueves, 10 de septiembre de 2015

EL POEMA

El poema me encuentra, existe en mi mente durante varios días antes de llegar a la hoja de papel. Se suspende y me suspende en puntos suspensivos e infinitos que muerden con fuerza; siempre, con tanta fuerza que cuando llega el tiempo que parece que no transcurre ya ha llegado un nuevo poema y así, así se mueve mi vida entre las ideas de incontables presencias que gritan en mi oído y entre las “otras” que los escuchan y me transcriben. No hay colores en ella, no hay deseos opacos, sólo hay eternidad de lo innombrable y fantasía de lo inimaginable. ¡Así vivo yo! Detrás de mí, delante de mí, encima de mí, a los lados de mí y cada una de esas vivencias que cuando escribo olvido, viven queriendo más vida: la palabra, la letra, el poema. ¡Así vivo! Creyendo en mis puntos suspensivos y en cada mirada de todos mis “yo” que me gritan, me leen y me escriben.


Si a este instante de creación (donde se puede ser y no, a la vez) no se llama vida, realmente ésta no existe, mis “yo” no existen, y nada existe. Pero… yo creo que si existo, si vivo, si soy. ¡Vivo cuando el poema me crea y no cuando yo busco créarlo! 



jueves, 23 de julio de 2015

QUIERO DEJARME



Si supiera cómo dejarme al menos un momento
me dejaría.
Me convencería de mi ausencia por un segundo,
pero en realidad me dejaría del todo.

Me haría creer que no estoy sola,
pero en realidad me abandonaría
y no regresaría jamás.

Nadie quiere estar al lado de un bipolar,
nadie y yo soy ese nadie que más detesto

Quisiera dejarme al menos un momento
poder descansar de mí.
Quisiera salir por mis ojos
Y no quedar ahogada en cada una de mis lágrimas
No sentirme tan miserable y vacía.

Quisiera irme de este lugar tan interno,
vivir sin amenazas y habitar otros cuerpos sin miedos,
otras mentes lúcidas
Porque la mía está casi siempre ausente.

Quisiera irme de acá,
irme a volar con alas
porque yo siempre me corto
cuando empiezo cada vuelo .

Quisiera saber que yo no existo,
saberme libre,
saberme sin mí
pero no,
aún puedo escribir con mis adentros
tal vez sea esa la razón,
la única razón por la que del todo no muero.




sábado, 23 de mayo de 2015

AIDEZ-MOI

Y sí, yo le dije a Stephen, ¿Por qué demoraste tanto en venir si eras mi mejor invento? Ella me miró con esas miradas profundas de infierno que sólo podía ver cada martes en mi espejo y me dijo: el viaje desde el inframundo es complejo; estoy muerta. Permanecí con los ojos en el piso, respiré el aire de los murciélagos y en voz baja le grité: nunca debiste regresar, quiero estar allá, en ese mundo donde las lágrimas no ahogan, allá donde puedo estar conmigo, allá donde nadie me ve. ¡Llévame otra vez!

Stephen sufría de hipoacusia, jamás pudo escucharme, nunca me llevó de regreso, y tú: ¿podrías llevarme? ¡Llévame!

 Andree Julieth



miércoles, 20 de mayo de 2015

IN OTHER PLACE

Cuando a mi alrededor hay tanta gente, me siento inconforme y ansiosa, deberían existir mundos para viajar cuando el espacio colapsa y la tierra se cae. A menudo se permanece suspendido, estupefacto y deambulando, (perdiendo el tiempo, haciendo aquello que no queremos: muriendo) se quiere hablar, expresar, amar, callar; pero no, no es preciso hacerlo en  este lugar tan muerto.

Los mundos de otras mentes están lejos del nuestro, permanecen sin raíces, sólo con tallos y hojas marchitas, (Se creen mentes) mientras nosotros (los que buscamos un mundo interno) pretendemos entrar. Salimos y entramos, salimos y entramos de un lugar que nunca, ni hoy, ni ayer, ni mañana, será nuestro. 

Andree Julieth 


lunes, 6 de abril de 2015

EL MUNDO Y SUS PRESENCIAS


A algunos,
el mundos los sorprende.
A mí, el mundo me tiembla,
me vive, me llama,
me arriesga, me explota,
me vuela, me escribe,
me lee y a veces…
a veces,
aparece sin disiparse,
con pronósticos de no irse jamás,
nunca más.

Andree Julieth 




viernes, 3 de abril de 2015

THE WORDS CAN'T FIND ME

 A veces las palabras no me encuentran,

A veces ni las palabras me entienden


En el momento en que la noche no se va,
el día no llega
y el tiempo no transcurre,
yo me sumerjo en el lenguaje que no conozco,
intento descubrirme,
comprenderme,
encontrarme,
escapar de la inocencia,
de las sombras,
de la vida,
de la muerte.
Vuelvo y las palabras sucumben
y borran mis manos,
mientras el teclado,
se desliza en mis ojos
las pupilas se quiebran,
el olvido se olvida
y las palabras quedan vacías,
porque ni ellas encuentran,
el valor de  lo incomprensible
y de lo estupefacto del temor
que a veces,
no me habita.

Andree Julieth 




jueves, 2 de abril de 2015

LOST IN THE WALLS

A Hugo Moncayo y a los otros.

Los caminos se encuentran en
 paredes de números
que no tienen ningún camino

Necesito no tratar y encontrar,
encontrar la madera del lápiz,
que explote mi cabeza
y que se lleve el humo
de las sombras de mi infancia.

Estoy quebrada,
ellos están solos
y yo estoy sin estar.

Habito los abismos
de acordes
que no se sienten
y los solos en el cielo,
que no se huelen;
mientras el alma,
se mata a sí misma
y pequeñas,
mueren las ilusiones
de cada cabeza,
de cada mar,
de cada hoja
que explota
en el antes
y después.


Andree Julieth 


viernes, 2 de enero de 2015

OJOS CAÍDOS

Ojos caídos,
Palabras quebradas,
Soledades y ausencias.

Me pregunto en dónde caben tantos vacíos,
Tanta llovizna;
Cómo no me ahogo en este espacio tan inhabitable,

Cómo permanezco sin permanecer en la nada y en el todo a la vez.


martes, 9 de diciembre de 2014

La Lune Brille Pour Toi

Me late todo por ti,
¡écoute!
escucha mis silencios:
te miran, te abrazan,
te hablan, te aman,
no saben de amor pero te aman.



sábado, 4 de octubre de 2014

TE REGALO

Te regalo el tiempo que te falta
La noche que me sobra
El día que anhelas
Las horas que no vives
Los segundos que no respiras
Las cosas que nunca has visto
Los caminos que jamás has recorrido
Los minutos que jamás has vivido
Los kilómetros que necesitas tener hacia mí
Las millas que te sobran para llegar a ti,
El espacio que me sobra
El espacio que te falta,
El silencio que no existe
Las palabras que no expreso
Los abrazos que me encuentran
Los besos que no valen
Las caricias que me vuelan
Los suspiros que me llenan
Las letras que no absorben
La realidad de fantasía,
La imaginación no sombría
Mis no locos delirios,
Mi vida, mi vida;
La única parte de vida que no está llena de muerte
Y la opción de costumbre,
Con la que puedes disfrazarte para siempre
En un viaje de cohete llamado: todo
Que para mí, no es más que una nada eterna. 

Escrito por Andree Julieth