jueves, 10 de septiembre de 2015

EL POEMA

El poema me encuentra, existe en mi mente durante varios días antes de llegar a la hoja de papel. Se suspende y me suspende en puntos suspensivos e infinitos que muerden con fuerza; siempre, con tanta fuerza que cuando llega el tiempo que parece que no transcurre ya ha llegado un nuevo poema y así, así se mueve mi vida entre las ideas de incontables presencias que gritan en mi oído y entre las “otras” que los escuchan y me transcriben. No hay colores en ella, no hay deseos opacos, sólo hay eternidad de lo innombrable y fantasía de lo inimaginable. ¡Así vivo yo! Detrás de mí, delante de mí, encima de mí, a los lados de mí y cada una de esas vivencias que cuando escribo olvido, viven queriendo más vida: la palabra, la letra, el poema. ¡Así vivo! Creyendo en mis puntos suspensivos y en cada mirada de todos mis “yo” que me gritan, me leen y me escriben.


Si a este instante de creación (donde se puede ser y no, a la vez) no se llama vida, realmente ésta no existe, mis “yo” no existen, y nada existe. Pero… yo creo que si existo, si vivo, si soy. ¡Vivo cuando el poema me crea y no cuando yo busco créarlo! 



2 comentarios:

  1. Qué decirte que no te haya dicho o no te diga cada vez que tengo la posibilidad? Sabes que disfruto de tus letras y de tus tormentas, pero sólo admiro tu empeño para crear belleza de la oscuridad. Y con esto no me refiero únicamente al arte de la escritura sino a las batallas internas que vas superando día a día. Un beso grande y nunca dejes de ser a través de las letras!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acabo de leer este comentario, no lo había visto. Gracias por ser y por estar. Abrazos

      Eliminar