sábado, 5 de noviembre de 2016

INVISIBLE

Mi mano en su frente y la suya en mi almohada, sus cabellos largos sonrientes que me miran como si no me hubiesen mirado nunca, sus pupilas que arden cuando toco su espalda, sus manos que parecen algodón derretido. La veo pasar a ellaaunque nunca se desplace ni camine, ni… alza el tono de su voz y no dice nada: la cubre la no nada, la noche, la superficie que parece llena, las promesas fragmentadas. Los abrazos de la lluvia, del hijo del sol, de las miradas.  Cuando me ve a mí, se descubre toda y me susurra al oído historias que finjo no haber escuchado nunca, que me parecieran lejanas aunque crezcan en el iris de mi ojo izquierdo.

Quisiera que mi mano deje de estar en su frente, que su almohada no estuviera tan lejana, que sus cabellos sonrieran siempre y que su mirada continuara tatuándose en mí, en cada uno de mis poros abiertos y también en los rincones cerrados de mis seres ocultos. Sé que trata de decirme algolo sépero no logro escucharla, sólo siento sus superficies, no son las mías y sin embargo se parecen, se parecen.

Aquí, hoy también llegó el sol y… y la no nada, el misterio y los puntos de las estrellas que tienen en sus ojos el número siente, el vaivén de una canción clásica que retoma bailes de sostenidos y bemoles.  Un momento…  no quiero verla desnuda, es ella la que camina con mis miradas, es ella a quien yo más conozco: La invisible que escribe pintando.


¿Alguna vez, en algún tiempo, podré verla en otro mundo? La conozco, sé que es ella. 


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